-¿Roger? Aquí John. ¿Cuál va a ser, jodido? Claro que aún soy el presidente. Déjate de bromas y súbeme unas alitas. Estoy hambriento. Ah, Roger, bien hechas. Y con patatas.
– ¡¡¡Ken!!! ¿Dónde está Ken? ¿Keeeeeeeeeen?
– Dime, Roger.
– El presidente quiere cenar. ¿Y sabes qué quiere para cenar? Lo has adivinado muchacho. Alitas de pollo. ¿Tú ves pollo en el refrigerador? ¿Ves pollo por algún sitio? ¿Ves algún jodido pollo? ¿Vivo o muerto? Porque joder, yo no lo veo. Y por Dios que aquí había uno.
– Roger… yo lo siento… no había cenado aún y pensé que a esta hora ya nadie……
– Fuck Off!!!!! ¡No me cuentes tus problemas! Sal ahí fuera y no vuelvas sin un pollo. Y tienes 15 minutos.

      Ken, pinche de cocina y vago. ¿Un vago en la Casa Blanca? Esta es otra historia. En cualquier caso, Ken, que va un poco puesto, sale a las calles de Washington a las 2:15 h en busca de un pollo. Ya ha cavilado y sabe por experiencias antiguas que se espera de él que regrese con la misión cumplida. Sabe que no va a encontrar un pollo, pero también sabe que ni Roger ni el presidente son unos gourmets. Vamos, que si encuentra una rata, la usará. Con limpiarla un poco ya está seguro de conseguir el efecto.

Washington en el fondo es una ciudad limpia. Al menos alrededor de la Casa Blanca las ratas parecen estar bien escondidas. O bien protegidas. Ken tiene dificultades para encontrar una. Desesperado, se sube a una farola imitando lo que él cree que es un paso de baile de Fred Astaire. En ese momento cuando da un giro, recibe un impacto en la cara, que bien podría ser un pelota de foam si hubiera disturbios. Pero ese día a esa hora lo único que hace el gamberro en Washington son los murciélagos. El que ha impactado en el rostro de Ken acaba de fallecer. Para Ken, la visión de lo que parece un par de alitas de pollo le impide reflexionar en lo que ha pasado, en la herida de su cara y en la suerte que ha tenido. Raudo y veloz, destripa las patas y se las lleva a Roger. Sabe que Roger a esa hora llevará unos centilitros de bourbon en sangre suficientes para no hacer preguntas y dorar lo que puede parecerse perfectamente a unas sabrosas y reales alitas de pollo.

En ese momento, Clark, el agente de la CIA que estaba alcargo del experimento de ataque biológico con murciélagos contra los jodidos comunistas aún no ha procesado el giro dramático de los acontecimientos. Sabe que la que se avecina puede ser gorda. ¿Qué ha pasado? ¿Qué hacía ese hippy a esa hora en su calle? 5 días lleva estudiando la zona. 5 días donde nadie, nadie ha pasado a perturbar su existencia. 5 días de pruebas exitosas y hoy que era el día, aparece un maldito peludo, metiendo su careto entre la farola y su murciélago. Y no solo reventando su prueba. No solo dejándole como un imbécil. Sino que además ese desgraciado se ha llevado el murciélago y la pequeña dosis de coronavirus que justamente hoy, precisamente hoy, era el día que se iba a usar. Hoy era el día para evitar errores. Nadie quiere ese virus libre. Pero como en una película, hoy tenía que pasar algo.  Malditos hippies. Aunque no le van a arruinar la carrera. En absoluto. ¿Un murciélago y una pequeña dosis de un virus de la gripe mutado? Realmente si no fuera un patriota pensaría que alguien de la CIA le esta tomando el pelo al gobierno. Demonios. ¿Qué puede hacer un virus de la gripe en plena Guerra de las Galaxias?

Pero el supervisor de Clark no es de la misma opinión. No puede serlo, porque sabe más que el pobre Clark.  Por supuesto hay que eliminar a Clark, esto no es problema. Pero también habrá que eliminar al receptor del virus. Podría propagarlo sin que la vacuna ni la explicación estén preparadas. No hay más remedio. Tiene que activar el plan Oswald.

Peter Punkfort jamás hubiera pensado que el Plan Oswald consistiría en eliminar al presidente de los EE. UU. Joder, necesito la comprobación doble para asegurar el objetivo. Aunque también, si hemos de ser justos con sus convicciones, el maldito Kennedy tenía más rojo el cerebro que su sangre. Él se lo había buscado. ¿Que qué culpa tenía él de haberse comido el murciélago que un subordinado suyo hizo pasar como pollo y que además contenía una carga vírica letal para la humanidad no suficientemente testada? Pues para Peter mucha. La suficiente para haber pedido alitas de pollo a esas horas de la madrugada. Además de ser un jodido comunista. Con él al mando, ¿en qué iban a convertirse los Estados Unidos de América? En una gigantesca comuna de hippies, drogadictos, seguidores de Mao y negacionistas del terraplanismo. No.  Había que ejecutar el Plan Oswald. 

Pero claro. John Chiu Chen de la Ruchefoucault de Wuhan no opina igual que Clark. El ha estudiado más de 10 años ciencias de la biología, el DNA, el RNA y hasta los estornudos. Es un comunista convencido. Convencido de que hay que vencer al demonio capitalista. ¿Porque cree eso?  ¿Por qué no? Esa es siempre su respuesta. Pero no le interesa tanto este debate Occidente – Oriente, capitalismo – comunismo, como el hecho de que el coronavirus en manos equivocadas puede ser una catástrofe. No está dispuesto a que esto ocurra. No ha creado esta variante del virus de la gripe para que caiga en manos no entrenadas. John Chiu tiene 22 años y está a punto de ser padre de su segunda hija. Segunda hija que debe nacer en un sitio que no sea el departamento gubernamental del bajo Pequín donde reside si quiere que siga con vida.  John Chiu sabe que el maestro Chorge de Chorbe, célebre poeta haiku y buen amigo suyo, está dispuesto a hacerse cargo de su querida segunda hija, esa que el gobierno chino considera que quizá no haga falta que venga al mundo hasta que Marte esté colonizado y bien colonizado. 

John Chiu fue compañero de estudios de Chiu Chin Zen y establecieron un fuerte vínculo. Chiu Chin Zen, ahora agente gubernamental, daría su brazo derecho por John Chiu. No en vano, John Chiu dio el suyo a cambio de que Chiu Chin Zen no fuera castigado por haberle dicho a la profesora de clásicas que Confucio era un necio. 

Lee Harvey Oswald, cuyo apellido coincide, quién sabe por qué, con el plan de la CIA para liquidar al portador del Coronavirus en caso de que escape fuera de control ,se encuentra en el restaurante ElShushiEsJapoYNoChino de una calle cualquiera del barrio de Inglewood, Los Angeles. Está cenando y está amargado. Chiu Chen Zen, especialista en la serie de TV Colombo que aún no se ha grabado pero de la que sabe todos los detalles, ya que será uno de los creadores de la misma, lo sabe. Y sabe cómo manejar a Lee. Le dice :

– ¿Te interesan 200.000 mil dólares, Lee?
– Claro.
– Mañana ve a este almacén abandonado.  A las 17h coge el rifle que encontrarás apoyado en la ventana. Apunta a 20 grados norte. Verás llegar un coche y en él a dos personas. La que lleva ese peinado horrible, parecido a una tarta, debe morir. Reviéntale los sesos. Luego lo dejas todo y te acercas aquí al McDonalds de la plaza Mayor y… 
– En Los Angeles no hay ninguna plaza Mayor.
– Sí , sí claro. Te hablo de Dallas. Estarás allí a las 14h. Por eso traigo este billete de avión para ti.
– ¿Cómo sabré dónde esta el almacén?
– El almacén te encontrará a ti. No te preocupes. No erres el tiro, Lee. No podemos deshacer tantos años de historia.
– ¿Eh?
– Pues eso. ¿Odias a los comunistas, o no?

 Lee ejecutó el plan Oswald y todo salió perfectamente. John F. Kennedy, el fatídico portador de una versión del virus de la gripe mas peligroso que un antidisturbios en plena manifestación, fue fulminado. Eliminado. Borrado del mapa. Aniquilado. Y lo que es más importante, todo fue antes de que pudiera estornudar. Sabiendo que el virus moría con John Kennedy, nadie se preocupó más del Coronavirus. Ambos fueron enterrados con honores en Washington.

Saltamos ahora unos 60 años. De 1963 hasta el año 2019. El mundo ha vivido de todo. 

Pero hay un detalle. El hijo de Chiu Chiu Zen. ¿Por qué estaba revolviendo las cosas de su padre? ¿Por qué cuando vio Plan Oswald no bostezó y se fue a mirar la TV? ¿Realmente era un hijo que adoraba a su padre? ¿Quería hacer méritos? ¿No tenía bastante? ¿Había heredado algún gen de la curiosidad?  La verdad es que  al hijo de Chiu Chiu Zen todo le importaba un bledo excepto el dinero. Y en el plan Oswald lo veía. Lo leyó en voz alta por segunda vez :

– Señor Chiu, soy Peter , de los USA.  ¿Sabe todos esos dólares que ha estado cobrando cada mes? Pues tenían una misión. Capitalista, claro.  Y comunista, ojo. Los detalles y la explicación teórica, la puede ver en este enlace:  http://youtube.com/laputaverdad A este enlace podrá acceder alrededor del año 2031, siempre que antes no hayamos encontrado vida en Marte. Resumiendo, le diré que su misión es descerrajar un tiro entre las cejas del presidente Kennedy sin que su mujer sufra ningún rasguño.

El hijo de Chiu, de nombre Chiu, ha leído este informe desde que tenía 6 años cientos de veces. Su padre siempre le dijo que si lo leía perdería los favores de todos los dioses, los emperadores, de Mao y de todos sus sucesores. Pero Chiu hijo tiene ya 40 años. Y un día leyendo el informe,  lee esta frase que su padre escribió :

– Ojo. El virus está en el cabezorro de  John Fitzgerald Kennedy. Ojo ahí, hijo. Si no lo queman, el virus seguirá. Amarrado a los putos huesos y a los gusanos. No necesitas mucho. Un trocito del virus te dará una arma definitiva. Los USA saben lo que puede hacer el virus. Lo  han desarrollado ellos. Pero creen que no lo necesitan. Por eso dejarán la cabeza de John Fitzgerald intacta en su tumba. Ojo. Cuando tú la robes no se parecerá a Kennedy. Ni a una cabeza. Tú coge todo el revoltillo y ponlo en un frasco de cristal. Tendrás el arma definitiva. Un virus de la gripe que se contagiará rapidísimo. Que matará a quien quieras. ¿Qué cómo? Es un virus que se programa con Visual Basic. Ya encontraras manuales , pero para que te sirva de ejemplo. Tu abuelo, que era un jodido burgués. Anota :

Set Kill = ChineseOldThan95

Goto Corona_Kill

Corona_KIll :

  Execute All

Es cuestión de la variable Kill. Tranquilo. Ya habrá quien lo sepa por ti. Por tanto, debes robar la cabeza de Kennedy. Extraer todos sus jugos y llevarlos a Pekín.  Coges esos jugos y los replicas. Los programas. Y puedes eliminar a quien quieras. 

Washington, 2019

Chiu hijo llega a Washington. Se va directo al Cementerio de Arlington y roba la cabeza de John Fitzgerald Kennedy.  Cuando el comisario McCarthy es preguntado sobre el suceso, declara lo siguiente:

– Esos antisistema sabían a lo que iban. Un símbolo nacional. Eso es lo que les motivó.

– ¿Pero se dice que los ladrones fueron chinos?

Racista. Mierdoperiodilisto. ¿Qué cojones dices?

Wuhan Noviembre 2019

Chiu hijo esta en el despacho de King Chuan Chu, el jefe de la Stasi, la Kgb china, la CIA de oriente, vamos.  El gran jefe le dice a Chiu :

– Oh, honorable Chiu, jamás pensé que conseguirías el virus. El arma definitiva.  Y menos con el tinglado que había que montar.
– Lo sé, King Chuan.  ¿Por qué sabiendo de la existencia de esta arma hemos tardado tanto en ir a recuperarla?
– Es fácil mi señor. Bueno, corrijo. Es fácil , camarada Chiu,. La concesión del cementerio de Arlington caducaba en 2018. 
– ¿Y?
– Bueno, hasta el 2018 la concesión era para la familia Bourbon- Bush
– ¿Bourbon?
– Sí, creo que proceden de España
– Y qué. ¿No podíamos hacer la misma operación ahora que entonces?
– Señor, permítame. ¿Sabe quiénes son los Bourbon?
– No. No lo sé y no me importa. En fin. Aquí tiene los jugos de John Fitzgerald Kennedy.
– Señor, cuidado con el frascoooooooooooo

Crash . Croc. ¡Plash!

Frasco roto.

Chiu, estornuda.

King Chuan estornuda.