En febrero de 1865 el General Robert E. Lee contemplaba desolado las trincheras de Petersburg. La batalla de Hatcher’s Run que había tenido lugar del 5 al 7 de febrero no era aún el golpe definitivo contra Richmond, la capital del Sur ni contra su ejército, pero estaba ya muy claro que la guerra estaba tocando a su fin con una victoria completa del Norte. No solo se avecinaba una derrota militar, sino que además, con la aprobación en el Senado el 1 de febrero de 1865 de la Decimotercera Enmienda que prohibía la esclavitud, acabada la guerra el Sur cambiaría para siempre.

El optimismo reinaba en las trincheras de la Unión y posiblemente desde sus filas Lee podía oír a los alegres y confiados soldados cantar una canción que se había vuelto muy popular en el Norte, una canción a cuyo protagonista Lee había conocido en un incidente ocurrido tan solo seis años antes, un incidente que había cambiado para siempre la vida de Lee, la de cientos de miles de combatientes y la de todo un país.

John Brown’s body lies a-mouldering in the grave;

John Brown’s body lies a-mouldering in the grave;

John Brown’s body lies a-mouldering in the grave;

But his soul goes marching on!”

John Brown nació en 1800 en Torrington, Connecticut, en una familia que afirmaba tener sus orígenes en los Peregrinos del Mayflower y que defendía firmemente el fin de la esclavitud. Los padres de John Brown, Owen Brown y Ruth Mills, habían formado parte de una de las olas de “renacer religioso” que dominaron la América de principios del siglo XIX.

Owen Brown

Con este entorno familiar no fue de extrañar que el joven John Brown intentara convertirse en ministro de una iglesia protestante. Una enfermedad en los ojos y los escasos recursos de la familia impidieron que el plan llegara a su fin. Con todo John siempre conservó toda su vida un profundo interés en el estudio de la Biblia, entendida no simplemente como un texto con mensajes dirigidos a guiar a las personas, sino como un texto dirigido a guiar a John Brown en concreto en sus actos. Una actitud que en nuestro contexto moderno suena a radicalismo y fanatismo pero que no era en absoluto extraña en su época.

Sí había en cambio en el sentimiento religioso de los Brown algo que era minoritario y una ruptura con el racismo del cristianismo puritano: igualitarismo bíblico. Los Brown aplicaban la doctrina de “la humanidad como imagen de Dios” en todos los ámbitos, y por tanto la sociedad americana basada en el supremacismo blanco (tanto en los Estados esclavistas como en los Estados libres) era para ellos un insulto a la obra de Dios que tenía que corregirse por todos los medios necesarios.

Llegado a la edad adulta John Brown se casó con Dianthe Lusk y siguió el estilo emprendedor de la vida en el noreste de Estados Unidos, creando negocios y desplazándose a donde hubiera mejores oportunidades. Así en un primer momento la familia se instaló en New Richmond, Pennsylvania, donde Brown abrió una tenería. También en colaboración con un pariente de Ohio se dedicó a la venta de ganado.

Ruinas de la tenería de John Brown, New Richmond, PA

La tenería no solo fue un negocio exitoso que llegó a emplear a 15 personas. Fue también el lugar donde John Brown se implicó por primera vez en la lucha contra la esclavitud. Una habitación oculta de la tenería se convirtió en una de las “paradas” del Ferrocarril Clandestino, la organización que se dedicaba a facilitar la fuga de esclavos huidos del Sur a Estados libres y a Canadá.

La facilidad que había para crear negocios en Estados Unidos también hacía que fueran inestables y que la enfermedad pusiera en peligro todo. La desgracia llamó a la puerta de los Brown en 1831, con una primera serie de enfermedades que se llevaron la vida de uno de los hijos, Frederick I, de 4 años y que dejaron a John sin posibilidad de trabajar, arruinando la tenería. En 1832 fallecían un hijo recién nacido y Dianthe.

Tumba de Dianthe Lusk, New Richmond, PA

La vida sin embargo no podía detenerse y John de nuevo se puso con sus negocios. En 1833 volvía a casarse, con Mary Ann Day. En 1836 la familia se instalaba en Ohio y John volvía a dedicarse al curtido y al ganado. Esta segunda etapa de los negocios fue bastante más complicada debido a crisis económicas como el Pánico de 1837, llevando a los Brown con frecuencia a problemas económicos y bancarrotas.

Mary Anne Day con sus hijas Annie y Sarah, c. 1850
John Brown, c. 1846-1847

El activismo de John Brown daría un nuevo giro más activo tras instalarse la familia en Springfield, Massachussets. Springfield no solo era una ciudad donde toda su élite blanca era absoluta y totalmente abolicionista sino que además contaba desde 1844 con la presencia de la Iglesia Libre de Stanford Street, una iglesia negra que era una de las principales promotoras de campañas y conferencias abolicionistas. A través de los eventos organizados por la Iglesia Libre, Brown tuvo ocasión de conocer a destacados abolicionistas como Frederick Douglass, que había nacido esclavo y logró en 1838, con 20 años, fugarse. Brown siguió además implicado en el Ferrocarril Clandestino.

Stanford Street Free Church, hoy St. John’s Church, Springfield, MA
Frederick Douglass

En 1848 los Brown se trasladaron a North Elba, en el Estado de Nueva York para colaborar en el proyecto de Gerrit Smith, que estaba concediendo tierras a negros pobres. John construyó una granja y transmitió sus conocimientos a los nuevos granjeros. John solo pasaría dos años viviendo de manera continuada en North Elba, pero sin embargo la granja permaneció en manos de la familia y se convirtió en el “hogar fijo” de la familia a pesar de sus continuos movimientos.

Granja de los Brown en North Elba, en plena restauración en 2010

En 1850 la creciente tensión entre el Norte y el Sur por la cuestión de la esclavitud se incrementó un paso más con la aprobación de la Ley de Esclavos Fugitivos. Esta ley convertía en delito ayudar a la fuga de un esclavo huido y obligaba a detener con la simple declaración jurada de un propietario de esclavos a cualquier sospechoso de ser un esclavo fugado, sin derecho a recurrir a un tribunal.

Cartel avisando de la colaboración de la policía de Boston en la aplicación de la Ley de Esclavos Fugitivos

La ley tendría graves consecuencias. No solo se dieron numerosos casos de secuestro de negros libres alegando que eran esclavos fugados. Además muchos negros decidieron emigrar a Canadá para ponerse a salvo. Pero sobre todo la ley trajo a la realidad cotidiana de los ciudadanos del Norte el problema de la esclavitud. Ahora sus autoridades estaban directamente implicadas en el tráfico de esclavos. Ya no podía haber posturas moderadas. Ya no podía haber equidistancia. Pronto comenzaron los actos de rebeldía y protesta.

Mientras tanto alguien tenía aún más claro que ya no podía haber más medias tintas. John Brown, siempre fiel a Dios y a la Biblia había dedicado su juventud y vida adulta a la lucha contra la esclavitud. Es el mensaje que Brown había encontrado dirigido a él en una Biblia que proclamaba que todos éramos criaturas de Dios venidas del mismo barro. Brown estaba siguiendo los dictados del Señor al luchar por la justicia. Y si el Mal había decidido dar un paso más en el combate contra los designios del Señor, era hora de combatir el fuego con el fuego. El primer lugar donde llevar a cabo ese combate sería Kansas.

En 1854 la Ley de Kansas y Nebraska constituyó el Territorio de Nebraska en esos dos Estados. La cuestión de la esclavitud iba a encontrar aquí su nuevo campo de batalla. Teóricamente, según el Compromiso de Missouri de 1820, no podía haber esclavitud en territorio americano al norte del paralelo 36. La solución del Senador Douglas al proponer la ley de organización del territorio fue crear al norte el Estado de Nebraska y al sur el de Kansas y el dejar en manos de la población de cada Estado votar la abolición o no de la esclavitud. Douglas confiaba en que Nebraska, poblada por colonos del Norte, votaría pro abolición y Kansas, al sur y vinculada con Missouri, estado esclavista, votaría contra la abolición, manteniendo así el equilibrio de Estados esclavistas y abolicionistas.

Mapa de EE UU, 1856. En gris, Estados esclavistas; en rosa, Estados libres; en verde, territorios, Kansas en el centro en blanco

El plan se cumplió con Nebraska, pero en Kansas la cuestión iba a ser mucho más difícil. El anuncio de la creación del Estado y de que se votaría qué tipo de Estado sería llevó tanto a pro-esclavistas de Missouri como a abolicionistas del Norte a trasladarse en masa para influir en las votaciones. Los esclavistas dieron un paso más y bandas armadas de esclavistas de Missouri que no eran residentes en Kansas se fueron moviendo de población en población para ir coartando y amedrentando a los votantes. El resultado fue una asamblea constituyente con 27 de los 29 representantes en favor de la esclavitud. La respuesta de los abolicionistas fue crear una asamblea alternativa.

Una comisión federal de investigación determinó que las elecciones habían sido totalmente manipuladas. Sin embargo, el Presidente Franklin Pierce, un demócrata del Norte dispuesto a contentar al Sur para mantener la unidad del país, declaró que la asamblea legítima de Kansas era la esclavista. El polvorín estalló y comenzaron los incidentes armados.

John Brown estaba siendo informado detalladamente de la situación por tres de sus hijos que se habían trasladado a Kansas. Decidido a pasar a la acción, John Brown se dirigió a Kansas, obteniendo donaciones de dinero y armas por el camino y junto a sus hijos organizó una banda dispuesta a defender a los abolicionistas.

La primera acción del grupo de Brown fue la que acabaría siendo conocida como Masacre de Pottawatomie. Después de que una banda esclavista saqueara e incendiara Lawrence, una ciudad abolicionista, Brown y sus hombres buscaron la noche del 24 al 25 de mayo de 1856 a cinco participantes en el ataque y los asesinaron a golpe de sable.[

El 2 de junio, en la Batalla de Black Jack, el grupo de Brown consiguió defender con éxito Palmyra de un ataque esclavista. El 30 de agosto en cambio no tuvieron tanto éxito defendiendo Osawatomie, aunque se enfrentaron valientemente a una fuerza esclavista muy superior. Frederick II, uno de los hijos de John, fue el primero en morir en esta batalla.

En septiembre de 1856 una frágil paz puso freno a la violencia en Kansas. John Brown había salido del conflicto convertido en un héroe para un determinado sector del abolicionismo, en un loco para otro sector y en un demonio para el Sur. Las secuelas físicas y mentales para Brown tras tanto esfuerzo y la pérdida de un hijo se dejan ver a las claras en este retrato tomado al volver al Este.[

La determinación de Brown seguía en cambio completamente firme. La cuestión de la esclavitud ya no podía resolverse con leyes, compromisos o acuerdos. Era necesario tomar las armas y llevar el conflicto al Sur.

Y se encenderá mi irá y os mataré a espada y vuestras mujeres quedarán viudas y vuestros hijos huérfanos”.

Éxodo, 22:24

Continuará…