Ituero de Azaba es un pequeño pueblo de la provincia de Salamanca, cercano a Ciudad Rodrigo y la frontera con Portugal. Con apenas 223 habitantes, en los años 20 doblaba la población, pero aún así era un lugar duro y con pocas posibilidades de futuro. Muchos tuvieron que emigrar, y uno de ellos fue la familia Alfonso Matos.

Ituero de Azaba, Salamanca. De Rodelar – Trabajo propio, CC BY-SA 4.0, https://commons.wikimedia.org/w/index.php?curid=64733205

Ventura Alfonso y Faustina Matos decidieron comenzar de nuevo en un lugar mejor. En 1927 partían para Francia con su hijo Celestino, nacido un 1 de mayo de 1916, y se instalaban en Ivry-sur-Seine, un municipio que hoy forma parte del área metropolitana de París.

Celestino se implicó en política desde muy joven. Comunista convencido, en 1934 se afiliaba a las Juventudes Comunistas y era nombrado responsable del grupo de Ivry-sur-Seine.

Con el estallido de la Guerra Civil Española, Celestino volvió a España y con las credenciales de partido que tenía más el coraje que mostró, rápidamente fue recibiendo ascensos hasta terminar de capitán y comisario político en las Brigadas Internacionales. Terminada la guerra y al volver a Francia fue internado en el campo de Saint-Cyprien, del que no tardaría en fugarse.

Poco duraría la calma. En mayo de 1940 las tropas alemanas arrollaban a los ejércitos franceses y comenzaba la ocupación de Francia. El Gobierno en el exilio dirigido por de Gaulle decidió resistir y las organizaciones comunistas pasaron a integrarse en el Frente Nacional de la Resistencia francesa.

El historial político y la experiencia militar de Celestino Alfonso no iban a pasar desapercibidos a las autoridades alemanas. Detenido en enero de 1941, fue enviado a trabajar a Alemania hasta junio para después permitírsele volver a Francia. La experiencia sufrida le hizo ver que no podía quedarse de brazos cruzados. Había que pasar a la acción e integrarse en la Resistencia. 

Las primeras acciones fueron bastante modestas y terminaron bruscamente. Celestino se incorporó a una célula dedicada a diseminar propaganda. En noviembre de 1942 la célula era descubierta y numerosos miembros detenidos por los alemanes. Temiendo que llegara su turno, Celestino se marchó de París y pasó unos meses en Orleans llevando una vida discreta, trabajando y sin ningún activismo.

No era una rendición ni mucho menos. Celestino estaba decidido a seguir actuando y esta vez ir a por todas. Tenía un nombre que era la vía a la acción directa, un nombre que ya era leyenda: Missak Manouchian.

Missak Manouchian era un armenio nacido en 1906 cuyos padres fueron exterminados en el genocidio perpetrado por los turcos. Salvado gracias al orfanato francés en Siria, en los años 20 emigró a Francia, donde al igual que Celestino militó en el Partido Comunista para una vez iniciada la ocupación y la resistencia, convertirse en comandante de un destacamento del FTP-MOI (Francs-tireurs et partisans – Main-d’oeuvre immigrée) de París.

Celestino fue aceptado en el FTP-MOI y pasó a formar parte, con el apodo dePierrot, de uno de los comandos especiales, junto con Leo Kneler (judío alemán y veterano como Celestino de las Brigadas Internacionales), Marcel Rayman (judío polaco), el italiano Spartaco Fontanot y el judío francés Raymond Kojistky. Nada más ser creado, el grupo ya tenía un objetivo: el comandante militar de París, el general Ernst von Schaumburg.

Von Schaumburg era un general prusiano absolutamente tópico. A sus 63 años y con sus aires de junkerdespreciaba profundamente a las SS y al Partido Nazi. Pero eso no quiere decir que fuera menos cruel o injusto. Ordenaba ejecuciones de represalia por acciones de la resistencia sin titubear y colaboraba con entusiasmo en las deportaciones. Acabar con él podía ser un gran golpe contra la ocupación. Solo había que encontrar el momento y el lugar.

Tras semanas de seguimiento y análisis, el FTP-MOI consiguió trazar el recorrido habitual del vehículo oficial del general camino de la comandancia general. Finalmente, la fecha escogida fue el 28 de julio de 1943 y el lugar, el cruce de la Avenue Paul Doumer con la rue Nicolo.

Esquina Paul Doumer-Nicolo, París, mayo de 2018. Fuente: Google Street View

Apostado el comando especial del FTP-MOI en la esquina, Marcel Rayman lanzó una granada al interior del coche que mató al instante a los tres ocupantes. Los miembros del comando lograron escapar de la zona sin incidentes y podían apuntarse un gran triunfo o… ¿quizás no?

Decenas de artículos, blogs y la Wikipedia en algunos idiomas afirman con rotundidad que von Schaumburg pereció en el atentado del 28 de julio de 1943. Pero repasando su biografía vemos que von Schaumburg no solo murió tranquilamente en su casa de Hamburgo el 4 de octubre de 1947, sino que además el 28 de julio de 1943 ya no era comandante de París. Había sido relevado el 30 de abril y había pasado a la reserva.

Es muy probable que con la poca calidad de la información que podía manejar el FTP-MOI no se enteraran que mientras preparaban el atentado, von Schaumburg había sido relevado. Es posible por otro lado que se supiera que el atentado había fracasado pero alguien decidió apuntarse un tanto propagandístico. Pero lo cierto es que von Schaumburg no iba en el vehículo destruido en el atentado, y tampoco su sustituto, el general Hans von Boineburg-Lengsfeld. El comando del FTP-MOI solo había acabado con dos oficiales y un chófer.

Prueba de la mala calidad de la información que manejaba el FTP-MOI era cómo se estaba preparando la siguiente acción del comando especial. Desde hacía meses se estaba observando un coche oficial que entraba y salía del número 18 de la rue Pétrarque, muy cerca del anterior atentado, para transportar a un oficial de alto rango. Pero nadie sabía quién era. A pesar de esto, se decidió que tenía que ser alguien lo suficientemente importante y se hicieron los preparativos para el ataque, bajo la supervisión directa de Manouchian.

18 de la Rue Pétrarque, París. El edificio actual no es el de 1943

El 28 de septiembre de 1943 a la 8:45 el comando especial se abalanzó sobre el oficial alemán en el momento de subir a su coche. Celestino Alfonso abrió fuego por el lado por el que había subido el oficial. Los cristales frenaron lo suficiente las balas como para solo herirlo y el oficial trató de escapar por el otro lado del coche. Allí le esperaba para acabar con él Marcel Rayman.

Una vez fugados, pasaron unos días hasta que el FTP-MOI pudo saber a través de la prensa contra quién habían atentado. Se trataba de Julius Ritter, Standartenführer-SS(rango equivalente a coronel) y responsable en Francia del Servicio de Trabajo dirigido por Fritz Sauckel, el organismo encargado de reclutar mano de obra esclava en los países ocupados para trabajar en las fábricas alemanas.

Assassinat de M. Julius Ritter…. N.p.m. : M. Julius Ritter, S.S.-Standartenfuhrer et représentant en France du commissaire général allemand á la main-d´oeuvre, (Gauleiter Sauckel) est tombé hier á Paris, victime d´un attentat terroriste.- Photo prise au premier départ d´ouvriers pour la Reléve. Archives Fulgur (Pala) 29.9.43

La operación tuvo una enorme repercusión. Hubo capilla ardiente en el Museo de l’Orangerie y funeral en la iglesia de la Madeleine. Himmler ordenó que se tomaran represalias y se volvió a fusilar a rehenes, como se había hecho hasta un año antes. Así, el 2 de octubre eran ejecutados 50 rehenes del campo de prisioneros de Romainville y se lanzaba una operación a gran escala para dar caza al FTP-MOI.

Uno a uno 23 miembros del FTP-MOI de París, casi la totalidad de la unidad, fueron capturados en octubre, entre ellos tanto Manouchian como el comando especial. Celestino Alfonso fue detenido al poco de salir de su casa en el 16 de la rue Tolbiac, donde vivía con su mujer Adoración Arias (también española) y su hijo Jean.

El 17 de febrero de 1944 comenzaba el juicio al grupo de Manouchian ante un tribunal militar alemán en el Hotel Continental. El juicio duró cuatro días y el veredicto se decidió en media hora: los 23 acusados eran condenados a muerte sin posibilidad de recurso.

Se ordenó además que las ejecuciones se llevara a cabo de inmediato , todas menos la de la única mujer, Olga Bancic, judía rumana, debido a que la legislación francesa prohibía fusilar a mujeres. Los alemanes lo solucionaron llevándola a Stuttgart para decapitarla. El resto fueron fusilados en el Fuerte Mont-Valérien, en Suresnes, a las afueras de París.

Celestino Alfonso Matos todavía tuvo tiempo de escribir una última carta a su familia:

21 de febrero de 1944

Querida esposa e hijo,

Hoy a las 3 en punto me fusilarán, solo soy un soldado que muere por Francia. Te pido mucho coraje, como el que tengo yo, mi mano no tiembla, sé por qué muero y estoy muy orgulloso de ello. Mi vida ha sido un poco corta, pero espero que la tuya sea más larga. No me arrepiento de mi pasado, si pudiera vivir de nuevo, volvería a hacer lo mismo. Me gustaría que mi hijo fuera [sic] una buena educación, entre todos lo conseguiréis. Mi querida esposa, vende mi ropa para conseguir un poco de dinero. En mi paquete encontrarás 450 francos que deposité en Fresnes. Mil besos para mi mujer y mi hijo. Mil besos para todos. Adiós a todos. 

Celestino Alfonso”.

Pocos días después las calles de París se verían empapeladas de un cartel de propaganda nazi, el famoso Affiche rouge.

Con este cartel las autoridades alemanas trataron de desacreditar las acciones del FTP-MOI, calificándolas de bandidaje practicado por extranjeros, muchos de ellos ademásjudíos. Entre los elegidos para figurar en el cartel se encontraba Celestino Alfonso, “español rojo”.

Pocos meses después Francia era por fin liberada y no estaba dispuesta a que los valientes del grupo Manouchian quedaran en el olvido. El 18 de marzo de 1945 se celebró en Ivry-sur-Seine un funeral por los 18 fusilados originarios de la población, entre ellos Alfonso. El 14 de mayo se concedía a Celestino Alfonso el título de “muerto por Francia” y el 27 de julio se ponía su nombre a una calle de Ivry-sur-Seine.

En 1955 Louis Aragon escribía en recuerdo del grupo Manouchian el poema “Estrofas para su recuerdo”, que acaba así:

Eran veintitrés cuando las armas florecieron

Veintitrés que entregaron sus corazones antes de tiempo

Veintitrés extranjeros que eran nuestros hermanos

Veintitrés enamorados de la vida hasta el punto de perderla

Veintitrés que gritaron ‘¡Francia!’ al caer”.

En 1959 Leo Ferré convertía el poema en una canción.

Desde entonces se han ido sucediendo en Francia los homenajes y monumentos a Celestino Alfonso y sus compañeros. No consta que haya recibido ningún homenaje oficial ni en su provincia de nacimiento, Salamanca, ni en España.