La Carretera Dempster es una carretera de gravilla que conecta la Carretera del Yukón, cerca de Dawson City, con Inuvik, en el Océano Ártico. Son 736 kilómetros y hacia la mitad del recorrido está el Eagle Plains Hotel.

Para situarnos. Supongamos que alguien quisiera viajar de Barcelona a Valladolid en coche. Realmente no se nos ocurre el motivo para hacer ese viaje, pero podría ser. Pues bien, esta carretera sería hacer esa distancia, con ese ancho de carretera normal y superficie de gravilla y que no hubiera ABSOLUTAMENTE NINGÚN SERVICIO DE CARRETERA en medio excepto un hotel con gasolinera a la altura de Zaragoza.

Y ese es nuestro lugar de hoy, el Eagle Plains Hotel

Lo que hace especial el restaurante del Eagle Plains Hotel es que NO TIENES MÁS REMEDIO. Sí, podrías haberte llevado comida comprada en Whitehorse o Dawson City, pero para eso Air Canada no tendría que haberte hecho la púa de llegar con 6 horas de retraso a Whitehorse y encontrarte ya con las tiendas cerradas en ambos sitios. Y así se te da la oportunidad de disfrutar de alta cocina ártica.

Como era de esperar, el contenido del menú es hamburguesas, pizzas y bistecs. Tengo la vaga sensación de que quizás había alguna ensalada por ahí, pero no me atreveré a afirmarlo con rotundidad. Aquí tenéis también una foto del menú de desayuno.

Todo esto por supuesto en un salón con la elegancia esperada

Así pues, todo lo absolutamente esencial para sobrevivir. Todo apetitoso, aunque de calidad mejorable. Pero es lo que hay. Literalmente. Y además tienen wifi, lo cual es de agradecer teniendo en cuenta que no hay cobertura en centenares de kilómetros.

Para completar vuestro descanso aquí, podéis disfrutar de vuestra habitación en el hotel si habéis conseguido una, previa consulta con la recepcionista / dueña / administradora que os atenderá con una amabilidad desbordante (haha NO). Y si no plantar la tienda de campaña en la zona de acampada, que está al final del aparcamiento de camiones. Es posible que alguna señora desde su caravana totalmente equipada mire vuestra tienda de campaña, os pregunte si váis a dormir ahí y os desee buena suerte.

Y al marchar, no olvidéis llenar el depósito. Encontraréis auténticos profesionales del llenado hasta arriba incluso cuando la manguera lleva rato saltando como que ya no entra más. Espectacular.